miércoles, 23 de noviembre de 2011

Actitud positiva: la mejor opción


"La vida es aventurarse en lo desconocido, a un camino no recorrido, con una actitud ilusionada y fuerte".
Sáenz de Oiza (1918-2000)


"Yes, we can"...sí, ya sé que la frase está muy manida y que el hecho de que apareciera en una campaña repetida mil veces, la desvirtúa. Pero es que en estos tiempos en los que los vientos se nos muestran desfavorables, creo que lo que subyace a este eslogan es clave para sobrellevar esta incertidumbre: la actitud positiva.




Pero, ¿qué es la actitud? Según la RAE, es la "disposición de un ánimo que se manifiesta de algún modo". Se trata de un estado de predisposición mental que se gestiona desde la experiencia y tiene  una influencia activa en el comportamiento y las reacciones de cada persona.
Todos tenemos referentes en nuestra vida, que han sabido mantener una actitud positiva ante cualquier problema que se les presente.  De hecho, es de este tipo de personas de las que nos gusta rodearnos y aprender. Gente alegre que sabe ver el lado positivo a cada situación, que difícilmente se deja llevar por la tristeza o la desesperación. Pero en ocasiones, las circunstancias nos arrastran y no es fácil mantener ese positivismo. Requiere trabajo, esfuerzo, valentía, voluntad de seguir adelante con la mente abierta y la mejor predisposición posible para adaptarnos a las complicaciones de la vida.
Existen investigaciones científicas que avalan la teoría de que la actitud influye en la autoestima, en el estado físico, en nuestras defensas y, por supuesto en el posible desarrollo de las llamadas "enfermedades psicosomáticas" (de las que hablaremos aquí con detalle en otra ocasión).



A nuestro alrededor, también nos encontramos con el extremo opuesto, personas que sólo son capaces de fijar su atención en los aspectos negativos del día a día.
Por ejemplo, algunos padres y madres derrotistas que ven en los profesores, sus peores enemigos: ponen demasiados deberes sólo para "fastidiar", no tratan a los alumnos con el tacto que les gustaría...etc. Estos comentarios se hacen, además, delante del niño o adolescente, quitando en ese momento todo atisbo de autoridad y competencia al profesor y concediéndoselo inmediatamente al menor.
Nuevamente habría que apelar a nuestro sentido común, seguro que cada padre y madre (que conocen mejor que nadie a sus hijos) sabe valorar con objetividad, en qué momentos exageran los niños y cuando no. Si fomentamos un contacto fluido con los profesores y promovemos una comunicación franca y profunda con nuestros hijos, será más fácil detectar cualquier irregularidad y podremos ponernos en marcha para atajar el problema cuanto antes. En cambio, si solamente nos quejamos sin aportar soluciones y ellos observan esa reacción victimista, los niños nos imitarán y no aprenderán a manejar las herramientas necesarias para enfrentarse a lo que les depare la vida.  




Es verdaderamente importante que transmitamos a nuestros hijos una actitud positiva, de  voluntad y esfuerzo, para que puedan vivir plenamente cada reto al que tengan que hacer frente. No deberían rendirse antes de comenzar una tarea, por difícil que les parezca y para ello es fundamental que tengan una buena actitud, que vayan por la vida con un pensamiento positivo, creyendo en sí mismos y en sus posibilidades. En definitiva, sabiendo que nada es imposible.


Gracias a mi querida amiga Beti (por cierto, una mezcla explosiva y maravillosa  de alegría, generosidad, talento y esfuerzo), por enviarme este precioso vídeo  que resulta muy ilustrativo de lo que os quiero transmitir en esta entrada: con esfuerzo y actitud positiva, ¡¡todo es posible!!

9 comentarios:

  1. Imposible solo significa que tardarás un poco más en conseguirlo :-)

    ResponderEliminar
  2. No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.

    Proverbio chino

    ResponderEliminar
  3. ¿Conoceis la fábula de las dos ranitas que cayeron en un cubo de nata??

    ResponderEliminar
  4. Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: “No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya se que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo que sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril”. Dicho esto, dejo de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso liquido blanco. La otra rana, más persistente, o quizás más tozuda, se dijo: “¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora”. Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un solo centímetro, durante horas y horas. Y, de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llego hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo volver a casa croando alegremente.

    ResponderEliminar
  5. Desde luego que es la mejor opción! Siempre. Ante cualquier circunstancia. Y no sabes cuanto he aprendido de ti en este aspecto...
    Muy buena la fábula Lucía!
    Enhorabuena, como siempre Raquel.

    ResponderEliminar
  6. Qué buena fábula, y qué propia para nuestra amiga pastelera!! No, en serio, efectivamente explica muy bien cual es la actitud más efectiva. Por cierto que estos cuentos son estupendos para explicar a los niños lo necesario que es el positivismo en cada situación que se les presente. Gracias chicas!!

    ResponderEliminar
  7. Y lo contrario, el daño que puede hacer en un niño el escuchar frases como "Deja tú no puedes" "Anda quita, ya lo hago yo" :-(

    ResponderEliminar
  8. Absolutamente de acuerdo Lucía, y eso no hay que perderlo de vista, cuidado con nuestros mensajes.
    Acabamos de vivir un ejemplo de actitud super positiva de Ferrer en el partido contra Del Potro (Copa Davis)... EMOCIONANTÍSIMO!!
    Os aseguro que mis hijos han entendido la lección de no rendirse y pelearlo hasta el último aliento sin que tenga que contarles ningún cuento, ha sido una gozada!!
    Cada acontecimiento encierra una enseñanza y estas que no se programan son muy potentes para ellos, aprovechemoslas!!

    ResponderEliminar