miércoles, 14 de febrero de 2018

En defensa del pensamiento libre

El hombre nace libre, responsable y sin excusas. (Jean Paul Sartre)
Después de muchísimo tiempo sin actualizar el blog, he sentido la necesidad de escribir y compartir reflexiones sobre lo que estamos viviendo desde hace unos años. 
Observo con estupor el estrechamiento mental y social, la generación de burbujas de ideología impenetrables, inquisitorias y rígidas. Cuadratura del círculo.
Veo cómo movimientos legítimos y necesarios en sus orígenes, se radicalizan prohibiendo, censurando y condenando cualquier voz que se salga de la línea trazada.
Y lo peor y más preocupante, me pasma cómo este adoctrinamiento ha llegado a las aulas para quedarse. Unos y otras insertando chips mentales en toda una generación sobre cómo pensar, cómo actuar, cómo vivir, cómo sentir...en definitiva, diciéndoles quienes tienen que SER.
Personas muy jóvenes que ya tienen una opinión completamente formada sobre temas demasiado complejos, una simplificación alentada por los medios y los políticos que todo lo resumen en titulares simplones.
Vivimos tiempos raros en los que la filosofía o las artes se eliminan del ámbito educativo, destrozando también así cualquier atisbo de pensamiento libre y reflexivo, condenando a las nuevas generaciones a meterse en cajones cerrados y oscuros de pensamiento predeterminado y dictaminado por el poder.

Defiendo la libertad para todos, y defiendo la capacidad de pensamiento personal, intransferible e independiente que debería ser una de las principales aportaciones de la verdadera educación. Evidentemente eso no interesa a los lobbys poderosos, los de siempre y los nuevos quieren tomar todas las posiciones y desde luego, la educación constituye un pilar fundamental para conservar el poder.
Algo deberíamos hacer para retomar la ansiada libertad por la que tanto lucharon nuestros mayores y que ahora se ve esquilmada y pisoteada. 
Para empezar, sería recomendable detectar la doctrina y la ideología, defender la argumentación y contraargumentación, cuestionar, preguntar, investigar, indagar...promover la inquietud y la curiosidad. Es laborioso, sin duda, pero ¿hay algo que merezca más la pena?