miércoles, 30 de mayo de 2012

Preguntas incómodas, respuestas necesarias


"Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas..." Jorge Francisco Pinto


Los niños y sus preguntas. A todos nos ha pasado alguna vez, vienen hacia ti y te sueltan la gran pregunta existencial (o rabiosamente carnal) como si tal cosa. A los adultos suelen pillarnos desprevenidos esos "pensamientos colaterales" y nos quedamos con cara de sota hasta que podemos reaccionar.
En su libro "A paso de cangrejo", Umberto Eco dice: "no hemos de enseñar a los jóvenes tan sólo lo que quieren, sino también, justamente, lo que no quieren". E incluso son ellos con sus preguntas los que nos muestran lo que los adultos no queremos ver. Cuando los niños o adolescentes preguntan algo que intuyen que es "incómodo" para nosotros, lo importante realmente no es la pregunta sino cómo reaccionamos y les respondemos. Lo habreis observado: cuando empezamos a darles toda clase de explicaciones, se aburren y se van...ya han sido contestados de algún modo, sobre todo con la actitud.

Como hemos repetido hasta la saciedad aquí, si queremos que nos cuenten sus inquietudes y sus asuntos, nosotros deberíamos ser abiertos con los nuestros para que el canal de comunicación sea abierto y fluido.




Por supuesto, es imprescindible tener en cuenta la edad de los "cuestionadores", es evidente que no podemos contestar lo mismo a un niño de 5 que a otro de 12 años, por lo que, como segunda norma está la de adaptar la respuesta al "auditorio". Tampoco es cuestión de soltarles un rollo filosófico ni existencial pero tampoco podemos volver a la época de la cigueña en determinadas cuestiones. Luego está también su forma de ser, hay niños muy pragmáticos que quieren una respuesta clara y concisa y otros a los que les encanta debatir y profundizar en algunos temas. Nosotros tenemos la capacidad de adaptarlo y hacer de la cuestión que le preocupa una fuente de comunicación en ambas direcciones.
Os preguntareis...¿segunda norma? ¿y la primera? La primera y principal es ofrecer una respuesta, contestar siempre, y eso incluye la aceptación de no saber. Una respuesta perfectamente posible e incluso necesaria a algunas preguntas incómodas es "no lo sé, hay muchas cosas que yo tampoco sé, cariño". Al principio, sobre todo los más pequeños, se quedan perplejos ante la ignorancia de esos "seres supremos que todo lo saben" que son su padres. Pero esa respuesta encierra también la enseñanza de esta abiertos a aprender en todo momento y edad, además de tener la humildad de reconocerlo. No saberlo todo y decirlo abiertamente está bien, nos coloca en actitud de búsqueda e inquietud por saber, nos humaniza, nos baja de la falsa atalaya del sabelotodo.

Enfrentarnos a los temas que nos plantean con la mayor naturalidad posible, es fundamental. Sería bueno que recordemos nuestra propia infancia y veamos la vida a través de la pureza de su mirada, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, explicando sin enjuiciar. En cuanto ellos notan que el tema por el que nos preguntan nos escandaliza o nos angustia, más incidirán en ello por la curiosidad que les produce nuestra reacción.



Quiero ofreceros una serie de "preguntas incómodas" a lo largo de varios post que casi todos los niños suelen hacerse antes o después. Intentaré adaptar posibles respuestas en base a la edad del "preguntador".
Temas:
¿Qué es morir?
¿Qué es el sexo?
¿Qué significa gay (u homosexual)?
¿Por qué os separais?
¿Por qué tengo que estudiar si lo odio?
Si tu bebes/fumas, ¿por qué me lo prohibes a mi?
etc...
Por favor, no dejeis de intervenir, enriquecer e ilustrar el blog con vuestros comentarios, siempre bienvenidos y siempre necesarios para que todos podamos aprender más...


Para ilustrar el tema que nos ocupa, os dejo este temazo sin par que no os dejará indiferentes:
El niño preguntón



jueves, 24 de mayo de 2012

¡¡Quiero una mascota!!


Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco critican.
George Eliot


Ahora que se acerca el final del año escolar, son muchos los padres que prometen a sus hijos refuerzos "extremos" creyendo que quizá por esa vía los niños hagan un esfuerzo final y consigan superar el curso.  Algunos hasta se atreven a perjurar que si aprueban todo, les regalarán la ansiada mascota, por fin.

Está comprobado que las mascotas son una fuente de bienestar psicológico para los niños que además contribuye a desarrollar su sentido de la responsabilidad y a una mejora también para socializar. Aprenden a respetar a otros seres vivos y a la Naturaleza en general. Cuidar de una mascota enseña a los niños a ser más compasivos y empáticos y ayudan también a aumentar la autoestima y la confianza en sí mismos.

Pero esta decisión no es baladí y debe ser consensuada con todos los miembros de la familia, porque va a formar parte de dicha familia y todos deben tomar conciencia de ello. Además, decidir el tipo de mascota es fundamental: no todas requieren los mismos cuidados, la "educabilidad" es diferente dependiendo del animal, el vínculo emocional que se genera también cambia...
Los niños deben tener claras las necesidades de sus mascotas para saber si están dispuestos a satisfacerlas, y básicamente son: alimentación, salud, limpieza, cariño y ocio.



Como expresa la cita que os he propuesto al principio, los animales son una gratísima compañía. Nos aceptan como somos, no nos juzgan y desean estar con nosotros a pesar de nuestros defectos. Se sabe que son fantásticos aliados en muchas terapias con personas mayores, niños autistas o con alguna discapacidad (en otro post os hablaré de lo mucho que aprendí en un fascinante curso de delfinoterapia con niños con síndrome Down y autistas). Los animales son necesariamente intuitivos y distinguen mucho mejor que nosotros mismos nuestros cambios bioquímicos: olores, tonos de voz, gestos...ellos saben siempre cómo comunicarse.

Pero a veces no es posible tener un animal en casa (ya sé, ya sé que algunas me direis que con los maridos teneis bastante...¡¡es broma!!) y es necesario hacerles entender a los niños la responsabilidad que conlleva en todo momento, es bueno que reflexionen sobre lo que harían con ellos si nos vamos de vacaciones o si se ponen enfermos para que sean partícipes de dicha responsabilidad cuanto antes...¡¡no puede ser que se sigan abandonando tantos animales cada año!!



Las mascotas ocupan un espacio físico y emocional muy importante en el hogar, pero como en todos los ámbitos y en toda las relaciones, resulta imprescindible marcar unos límites precisos por higiene y educación del animal. Los niños deben ir entendiendo que no es un juguete, sino un ser vivo con necesidades sobre el que hay que ejercer una responsabilidad aunque también pueda jugar y comunicarse con él. Dependiendo de la edad, se les pueden ir asignando tareas en relación a la mascota: estar pendientes de cuando les falta comida y agua, sacarlos a pasear, asearlos, etc.

Los beneficios de vivir con mascotas no sólo son psicológicos, también fortalecen el sistema inmunológico e impulsan el desarrollo cognitivo, comunicativo e intuitivo de los niños. Acariciar o simplemente cuidar de una mascota (hámster, canario, tortuga...) reduce el estrés y la ansiedad, les ayuda a superar miedos y empiezan a comprender las fases de la vida: nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. Por eso también nos ayudan a educar.

En este video podemos observar la paciencia infinita de un gato (los que los tenemos sabemos que no suele ser su mayor cualidad) con una bebé muy cariñosa...
El felino paciente

jueves, 17 de mayo de 2012

Carta de un hijo/a a su padre/madre

Papá, Mamá
Quisiera expresarte en esta carta toda la gratitud que siento y todo lo que necesito y casi nunca sé pedir...

  • Necesito de ti cariño verdadero y manifestaciones sinceras de él. Lo necesito a través del contacto físico, de tu mirada tranquila a mis ojos, de tus palabras de aliento y valoración, de tu juego confiable y cercano...Y espero que cuando estemos juntos haya momentos en que tu atención sea realmente para mí, no para las "mil cosas que tienes que hacer".
  • Necesito estar cerca de ti, jugar juntos, dormir juntos alguna vez, escuchar cómo nos sentimos y contarnos nuestras vivencias y retos. No quiero que NADA, ni la televisión, ni la comida ni todo lo demás, se interponga entre nosotros dos.
  • Necesito recibir un trato completamente respetuoso, sin palabras, gritos o insultos que me desvalorizen ya que eso provoca que nos separemosy resulta muy doloroso. No olvides que si aprendo esa actitud de ti, yo aprenderé también a ser irrespetuoso y a insultar. Esa actitud nos confunde a ambos acerca de nuestra relación y afecta a la imagen que tendré sobre mí mismo.
  • Necesito que la seguridad de tu presencia y tu ánimo estén disponibles, sin eso mi vida se torna tímida y cobarde. Aunque también necesito de tus límites para parar mis comportamientos irracionales.
  • Necesito que tu conciencia esté alerta y despierta, flexible al máximo y dispuesta a aprender cosas nuevas como yo. Y que se quiera mucho, muchísimo a sí mismo/a.
  • Necesito la coherencia entre tus palabras y tus comportamientos, pues tú eres el modelo que sigo.



  • Espero que el diferente grado de conocimiento e información que tú y yo tenemos acerca del mundo y la sociedad suponga una oportunidad para ayudarnos y enriquecernos mutuamente.
  • Necesito equivocarme, afrontar retos, experimentar cosas nuevas. Sé que mis errores e intentos te resultan difíciles de sobrellevar, sin embargo, quiero que comprendas que lo necesito para poder aprender y vivir mi vida. Si tú quieres, con tu apoyo podré afrontar esos retos.
  • Entiendo que el cariño se da incondicionalmente en nuestra relación y que podrás aceptarme como soy. No entres en el juego de comprarme cosas para sacudirte la culpabilidad o para "comprar" la necesidad de amor que tengo de ti. El tiempo juntos jugando y charlando es lo más valioso que tenemos.
  • Deseo de todo corazón que no estés solo o sola mientras luchas con tus dificultades durante esta dificil tarea que es educarme. Soy consciente de la importancia de que recibas ayuda de calidad y espero que así ocurra. Además, me encanta conocer a tus amigos y amigas.
  • Necesito enfadarme, mostrar mi frustración, mi desánimo y mi miedo. Necesito llorar, decir cosas sin sentido, temblar...¡de verdad lo necesito! Me gustaría que no me lo impidieras, porque de otro modo, no podré recuperarme de todo aquello que dentro de mí me hace daño. Como sabes, mi mente se bloquea en muchas ocasiones mientras aprendo a afrontar los retos de la vida.
  • Mamá, Papá, recuerda que eres maravilloso, maravillosa
  •  
Espero que consigamos juntos que nuestra relación sea todo lo amorosa y enriquecedora que siempre deseaste que fuera.
Gracias por tu atención diaria y por tu tremendo y admirable esfuerzo. Te amo y deseo lo mejor para ti.


Tu hijo, tu hija

martes, 8 de mayo de 2012

¡Socorro, tengo un adolescente en casa!

La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778)



Vivir con un adolescente es una de las experiencias más enriquecedoras, fascinantes y tormentosas que existen. Quien lo ha vivido lo sabe. Nos enseña mucho de nosotros mismos, nos obliga a abrir nuestra mente y nos enfrenta a otra forma de educar mediante la única herramienta posible: la negociación.

Los múltiples cambios físicos y psicológicos, la revolución hormonal y la búsqueda de su identidad marcan este eterno periodo que puede llegar a amargar la existencia de toda la familia. Normalmente los padres y madres se desconciertan ante tanta bipolaridad, pasan de ver a sus hijos/as eufóricos a la absoluta desolación por notarles hundidos. Los adolescentes, en muchas ocasiones, le dan una importancia extrema a cuestiones que a los adultos nos parecen banales y, en cambio pasan olímpicamente de lo que nosotros consideramos esencial...el choque está servido.

Para colmo, en la búsqueda activa de su identidad, se alejan cada vez más de los padres, se identifican hasta el infinito (y más allá) con su grupo, imitándose unos a otros pero sintiéndose siempre diferentes y, por supuesto más incomprendidos y desgraciados que el resto de la Humanidad. Desarrollan un fortísimo sentido de la justicia, de la estética, de la amistad, del amor. Se vuelven tremendistas, se debaten entre el todo o nada en sus relaciones, vamos, una tortura absoluta para sí mismos y para los que los rodean.



Pero también nos aportan muchísimas cosas gratificantes: una frescura necesaria en su visión de la vida, una capacidad enorme de empatía, un alto grado de implicación social (muchos se dedican al voluntariado) y momentos inolvidables de charla y risas con los adultos.
Ellos también están confusos, notan cambios y sensaciones nuevas. Simplemente no saben cómo gestionar su nuevo "yo". Necesitan comprensión, confianza, algo más de libertad, muchísima comunicación y cantidades ingentes de paciencia por parte de los padres.

Es verdad que hoy por hoy es muy complicado sobrellevar la convivencia con los adolescentes, tienen mucha más información, más recursos y una inteligencia emocional más desarrollada, saben lo que quieren y lo quieren ya...para eso estamos los padres y madres, y es importante haber realizado una labor previa de establecimiento de límites, de escucha activa de sus inquietudes y problemas desde que son pequeños (aunque entiendan que nosotros no tenemos las soluciones), de desarrollo e confianza mutua. Para que, una vez llegada esta complicada etapa, se pueda vivir con respeto por ambas partes. Así que, si ya teneis un pequeño gran alienígena adolescente en vuestros hogares, os recomiendo, siempre bajo la premisa del sentido común y la autoridad paterna bien entendida, dos herramientas necesarias (vitales, diría yo!): paciencia y negociación. 



Como ya hemos tocado aqui el tema de los límites, os recomiendo darle una vueltecilla a la entrada: Pautas para marcar límites que quizá os pueda orientar.

Quisiera también recomendaros la lectura de esta entrada del blog de Mamá convergente que me ha encantado, se trata de una carta que escribe a su hermana adolescente y me gusta porque aunque está llena de cariño, creo que tiene la distancia justa para poder recomendar sin enjuiciar. Ya sabemos que a estas edades toleran mejor el consejo (aunque despues lo ignoren olímpicamente) que el "adoctrinamiento". He leido en esta carta consejos muy sabios que, al no existir el salto generacional tan grande que hay de padres a hijos, ayuda mucho a abrir debates y comunicarse (que ya sabeis que es la gran cuestión): Carta a una adolescente
Gracias a Eva (la mami convergente en cuestión) por su generosidad al dejarme compartir su entrada con vosotros.

Y como siempre, un video ilustrativo...en esta ocasión uno muy interesante sobre el funcionamiento del cerebro adolescente. Sería estupendo que pudierais verlos con vuestros proto, adolescentes puros y jovenzuelos varios para conocer su punto de vista y, nuevamente escucharles aprendiendo de ellos.
Funcionamiento del cerebro adolescente
¡Ánimo, que ya sabeis que eso se pasa con la edad!
¡Ah! Última recomendación...el libro "La edad del pavo" de Alejandra Vallejo Nájera, comenta y analiza lugares comunes de la adolescencia con mucho sentido del humor, que siempre ayuda.
¡¡Espero con ilusión vuestros comentarios para enriquecer este foro!!