jueves, 24 de octubre de 2013

La buena educación: NO a la Ley Wert

" La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo"
Nelson Mandela



Hay que mojarse, se ha llegado a un punto de indefensión por parte de la sociedad y de abuso por parte del poder, en que ya no caben medias tintas ni posiciones veladas.

La educación DEBE ser libre, accesible y justa...o no será. No es una cuestión ideológica, no puede ser una evangelización, la educación es otra cosa, es el futuro de los que son ahora niños y jóvenes, y con eso no podemos conspirar. ¿Cómo vamos a avanzar en un lugar en el que la solidaridad ya no tiene cabida? Estamos llegando a un punto en el que los programas de televisión están haciendo una labor por la que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos a la Administración Pública, que ya ni administra nada ni mucho menos es pública. Decía Eduardo Galeano que "la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo". No queremos caridad, a nadie le gusta que le traten como a alguien inferior. Lo que buscamos, por lo que luchamos es por una sociedad más equitativa y justa, por una educación que fomente el pensamiento libre y creativo. No queremos niños y jóvenes adoctrinados, uniformados y esclavizados. No queremos cometer los mismos errores que en el pasado fomentaron odios, rencores e incluso guerras entre hermanos.

Los niños y los jóvenes tienen grandes valores que pueden aportar a la sociedad si somos capaces de poner atención y escucharlos. Son seres puros, inocentes, valientes, creativos...muchos de estos talentos son cercenados en los colegios porque aparecen pensamientos divergentes a los que la "línea educativa" del centro persigue.

Desde luego, sigo firme en la convicción de que los verdaderos valores se enseñan desde la familia, el núcleo en el que el niño crece, sea el que sea, es en el que verdaderamente se empapa de lo necesario para afrontar su vida. Y la familia no es sólo el concepto tradicional que suele pensarse como lo ideal: papá, mamá y hermanos. NO. Hay familias homosexuales, monoparentales, adoptivas, "reconstituidas" (las que se forman con hijos que cada miembro aporta de relaciones anteriores) y todas ellas pueden ser (y de hecho, son), enormemente enriquecedoras, que aportan puntos de vista innovadores, estimulantes, distintos. Sabiendo que la base de la educación está en casa y que es desde ahí desde donde podemos y tenemos que trabajar, lo que la sociedad necesita es tener escuelas y universidades donde poder fortificar esos valores que se han sembrado en el calor del hogar. Hay casos terribles en que las únicas personas que verdaderamente prestan atención a algunos niños son sus maestros, los que los ven a diario y son sensibles a sus cambios y problemas. ¿Cómo vamos a recortar en algo tan fundamental como el núcleo duro de las personas?

Los colegios DEBEN ser lugares en los que germine y crezca la semilla creada desde la familia, donde no se limiten a aprender materias como loros, sino que experimenten emociones, sensaciones y sentimientos que les hagan crecer y ser mejores. Donde vivan en sociedad, entiendan la solidaridad, el trabajo en equipo, la cooperación. Donde, en definitiva se humanizen, y no al contrario por ese afán de sacar una determinada nota y ser mejor (¿¿mejor??) que nadie.

Los profesores se sienten abandonados en muchas ocasiones. Parece que ni instituciones ni padres entiendan bien lo ESENCIAL que es su trabajo, a veces se les trata con cierto desprecio y conmiseración. En Japón, los únicos que no hacen reverencias al Emperador son los maestros, porque según los japoneses, en una tierra sin maestros, no puede haber emperadores...da qué pensar, ¿verdad?

Queremos una sociedad respetuosa, cuyos miembros sean libres, autónomos y colaboren entre sí en vez de competir. ¿O no se trataba de construir un mundo mejor y más justo? Los niños y los jóvenes tienen las capacidades, de un modo natural construyen un pensamiento libre, sin prejuicios, creativo, valeroso. Estas leyes educativas sólo coartan esa libertad, pretenden enseñarles el bien y el mal desde un punto ideológico en vez de dar alas a su propio discernimiento, no argumenta, sólo evangeliza, no construye pensamiento crítico, sólo pretende fabricar afiliados y militantes.

Pues bien, es hora de decir NO. No a la Ley Wert, a sus abusos, a sus adoctrinamientos, a sus desigualdades. Hoy hacemos huelga por una escuela libre, igualitaria y justa. 

Os dejo un vídeo muy ilustrativo que explica de un modo muy claro los motivos por los que luchamos: