lunes, 26 de noviembre de 2012

Vencer el miedo, ayúdate con la respiración

Dejamos de temer aquello que hemos aprendido a entender
Marie Curie


¿Quién no siente o ha sentido alguna vez miedo? Esa sensación ancestral y necesaria que nos salvaba la vida y que puede convertirse en una patología. El miedo es imprescindible para vivir, lo fue para nuestros antepasados y lo sigue siendo porque nos alerta del peligro. La diferencia está en que en nuestra civilización occidental del bienesar, vemos el peligro en todas partes, incluso donde no lo hay.
 
Ahí es donde el miedo se convierte en enfermedad, nos bloquea, nos derrumba, interfiere en nuestra vida normal y acabamos por boicotearnos.
El primer paso para superar un miedo es reconocerlo y respetarlo. Por algo está y se manifiesta. Conviene observar y explorar porque está queriendo decirnos algo.
Una vez que reconocemos y sopesamos el obstáculo, hay que averiguar cómo enfentarse a él. Si por ejemplo nos entran palpitaciones y sensación de ahogo al entrar en un espacio cerrado, podemos hacer unos ejercicios de respiración y relajación antes de entrar en un edificio. Para esto se requiere una introspección previa, un "darse cuenta" que abre nuestra conciencia y nos va guiando por nuevos caminos.
 
 
 
Una herramienta clave para mitigar los efectos del miedo es la respiración, esa conexión con la vida...si logramos controlarla y focalizar nuestra atención hacia ella, lograremos un cambio en los niveles químicos de adrenalina y catecolaminas que activan el estrés y la ansiedad. Esto producirá una modificación en nuestra reacción, en vez de descontrolarnos y dejarnos llevar por la emoción negativa, la respiración nos devuelve las riendas de la situación, otorga tiempo y espacio para pensar con claridad.
Si los habeis vivido, recordareis que los episodios de pánico y los ataques de ansiedad vienen asociados a una respiración rápida y entrecortada, por lo que, al imponer con el autocontrol un ritmo más lento, desactivamos (al menos en intensidad) la señal de alerta  química que desata todo el proceso.
 
 

 
 
El miedo es una reacción básica de autoprotección común a todo ser humano y animal. No debemos avergonzarnos de sentirlo. Un buen modo de enfrentarse también es observar atentamente todos los síntomas que nos invaden pero sin dejarse llevar por el pánico. Sé que resulta más fácil decirlo que hacerlo, pero todos en algún momento hemos resuelto casi intuitivamente una situación de terror: en la infancia, ante nuevos retos, ante una enfermedad, teniendo que hablar en público o al subir a un avión.
Debemos aceptar y comprender nuestros miedos para poder superarlos.
 
 
 
 
 
Os dejo de regalito este tema de Rosana que hay que escuchar bien y sobre todo aplicarse a esa actitud que dejamos en la niñez de vivir día tras día, disfrutando de cada paso y afrontando cada escollo. Con la máxima siempre de "confiar, esperar, aceptar y agradecer".
"Sin miedo las manos se nos llenan de deseos, que no son imposibles ni están lejos" (Rosana)

lunes, 8 de octubre de 2012

Los peligros de la "hiperconexión"

Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendra una generacion de idiotas.
Albert Einstein


El asunto de internet y las redes sociales está preocupando cada vez más y más pronto a muchos padres. Los niños demandan cada vez antes un móvil o una cuenta de correo para poder chatear con sus amigos.
La gran cuestión para muchos es qué hacer, si resistirse a la tendencia generalizada o mantenerse firme en lo que considera mejor. De entrada va a depender mucho de las circunstancias: padres separados, niños que van y vuelven solos del cole, etc. Eso sólo puede calibrarlo cada padre y/o madre.
Hay padres que justifican su tolerancia a que tengan móviles (o cuentas en redes sociales) con 10 o 12 años porque sino, van a ser unos desadaptados a los que los demás van a apartar...bueno, nuestra infancia está cargada de momentos en los que algunos tenían cosas que nosotros no y viceversa. Sinceramente, no creo que nada de eso traumatice a los niños. Lo que sí es importante es que sepan vivir con tolerancia la frusración de no tener siempre lo que quieren en el momento que lo quieren. No pasa nada, esto es un aprendizaje para la vida.
Por otro lado, si finalmente llegamos a la conclusión de que es "necesario" (lo escribo entrecomillado porque todos sabemos qué es lo realmente NECESARIO, pero en fin), es bueno que se hagan responsables, que les enseñemos el uso racional de esas herramientas, que les mostremos el camino de la privacidad y la importancia de la misma. Que no se sobreexpongan innecesariamente y, sobre todo, que no pierdan el norte de su vida por estar permanente conectados con otros. Lamentablemente, en los ejemplos que vais a ver más abajo, muchos niños y jóvenes (y muchísimos adultos) no disfrutan del momento presente, sea el que sea, porque están constantemente conectados a una pantalla, contando dónde están, qué hacen, con quién...pero no VIVIÉNDOLO realmente. En algunos casos se está perdiendo el respeto por el interlocutor que tenemos enfrente, al que ignoramos en pos de un dispositivo que nos conecta con los 500 amigos que parece que hay que tener para ser una persona de éxito. ¿No os parece todo muy loco? ¿No creeis que está en nuestra mano también educar en este ámbito para que ni nosotros ni futuras generaciones caigamos en esta patología hipercomunicativa?

Aquí os dejo esta reflexión que me gustó mucho de Emma González-Baizan al respecto:

"Las generaciones venideras padecerán Conectividad Morbida, pues para su estatura acumularan sobrepeso de megas (y eso no se arregla haciendo deporte con la Wii). Los niños han de aprender a cantar antes de tener un iPod, leer mil cuentos antes que tener una biblioteca en iTunes.
Deberíamos enseñarles a nadar, y después ya navegaran por internet. Y aprender a mirar a la gente a la cara, en vez ver de perfiles en facebook.
Sería conveniente que pasaran la varicela, antes de que su ordenador coja un virus. Y aprender el nombre de todos los animales, previo al manejo del ratón. Tienen que tener dientes para morder una manzana,antes que cualquier producto de Apple.
Los niños deberían disfrutar de la infancia antes de crecer."
 



¿Ha llegado ese día que anunció Einstein?


Una taza de café


 




Charlando en el restaurante





Disfrutando LA BELLEZA del Museo




Encuentro agradable en la cafetería





gozando un dia de playa





En el estadio..apoyando su equipo




Divirtiéndose con la novia



Disfrutando la ciudad en el descapotable


 




Que pena da, ¿verdad? Resulta patético y raro, desde luego es dificil acostumbrarse a ver que las personas que están juntas no se miran a los ojos...¿qué forma de relacionarse es esta en la que nos importa más lo ausente o contar lo que estamos haciendo que disfrutar de la compañía y de la vida?
Me encantaría conocer vuestra opinión y leer vuestros comentarios y reflexiones al respecto.

Os dejo dos videos, el primero es cortito pero contundente y necesario:
Si no lo haces en tu vida normal, ¿por qué lo haces en internet?

Este corto que ya ha sido premiado habla de los peligros y susceptibilidades del whatsapp:
Whatsapp doble check




















 






miércoles, 26 de septiembre de 2012

Aprender a educar

Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.

Anónimo

El pasado sábado recibí uno de esos fantásticos e inesperados regalos de la vida. Iba a tomarme un café con mi buen amigo Manuel en un lugar precioso, un café-librería llamado "La fugitiva". Cuando entramos, ví sentado en una de las mesas a Fernando Savater, todo un referente para mi en el mundo de la educación y la filosofía. Inmediatamente quise hablar con él sobre el libro que estaba leyendo "Ética de urgencia", pero la verguenza me superaba.
Justo en ese momento se levantó y subió a la tarima que la librería prepara cuando los autores quieren presentar su obra a los lectores. Nosotros no sabíamos que allí, a esa hora, Savater iba a charlar sobre su obra con las apenas 15 personas que estábamos ahí. En cuanto se sentó y nos sonrió, me entregué a la sencillez de sus palabras, a su fino sentido del humor, a su sabiduría y al sentido común que desprende a la hora de hablar de muchos temas de actualidad: educación, crisis, capitalismo, redes sociales,igualdad...
 
Explicaba algo que puede sonar políticamente incorrecto pero con lo que coincido plenamente: debemos educar para la independencia y el pensamiento libre, esas deberían ser las bases. A lo largo de mi experiencia clínica, he podido comprobar lo dañinas y contaminantes que son las relaciones de dependencia emocional. Claro que tenemos que ayudar y orientar a nuestros hijos, pero hay una tendencia muy fuerte a hacerles las cosas sin hueco para que puedan aprenderlas, con el tiempo y a medida que van haciendose mayores, tienen cada vez más capacidad para hacer y pensar por si solos aunque estemos siempre ahí para guiarles. Pero hay algo más tremendo, y es la dependencia que los padres desarrollan hacia sus hijos, cargándoles así con una mochila emocional llena de miedos y expectativas que no son suyos, sino herencia de unos padres inseguros, asustados y dependientes. No quisiera con esto echar la culpa de todos los males a los padres (cuestión que muchas veces se me reprocha), sino invitar a una reflexión íntima para el autoconocimiento. Si empezamos por ser conscientes de algunos aspectos que podemos mejorar y nos ponemos a ello, veremos como todo alrededor empieza a moverse, se trata del simple pero potentísimo "efecto mariposa".
 
 
 
 
He visto niños y niñas que, desde muy temprana edad se sienten en el deber de corresponder a determinadas expectativas de cariño o bien que directamente piden a gritos a sus padres que les pongan límites. Son niños que se sienten muy inseguros porque quienes les rodean no son firmes y no les dan confianza. Algunos padres y madres se niegan a aceptar que no siempre podemos caer bien a nuestros hijos, que no somos sus "coleguitas" y que nuestra labor es otra: somos la brújula que orienta en este mar caótico que es la vida, los límites constituyen la barandilla que necesitan para no caer en el vacío.
 
Decía Savater que, cuando habla con adolescentes y jóvenes, les dice que no se fien siempre del que les da la razón, que educar es de algún modo frustrar para que el otro crezca. Los educadores somos como esa pared que necesita la enredadera para crecer, ese apoyo y guia fundamentales para que sigan su camino. Diferenciaba entre dictadura y autoridad, explicando que el dictador quiere mantener siempre a la gente como niños, sin capacidad ni libertad de pensamiento. En cambio la autoridad ayuda al niño y al joven a rebelarse contra lo que no quiere y a luchar por lo que cree.
 
Me gusta especialmente cuando habla de las redes sociales, en la necesidad esencial que supone educar a nuestros menores en esos ámbitos. Cuando los jóvenes le preguntan su opinión sobre Twitter, por ejemplo dice: "Cuando una persona se configura para expresarse en 140 caracteres, cuando se habitúa al dicterio o al insulto, pierde la capacidad para la argumentación, que es la médula del pensamiento. Creo que sería bueno que la educación presentase cierta resistencia a este tipo de comunicación y siguiese formando a los alumnos en la argumentación".
Desde luego, no se trata de demonizar a las redes sociales, a las que siempre he defendido como una fantástica herramienta de difusión de ideas y comunicación con semejantes, sólo creo que no hay formación previa para enfrentarse a un mundo tan complejo y peligroso (sobre todo para los menores) en el que esconderse tras una pantalla e inventarse una personalidad puede llevar a algunas personas de mala fe a cometer todo tipo de tropelías: acoso, maltrato psicológico, etc.
 
 
 
Os recomiendo vivamente la lectura de "Ética de urgencia" y si teneis hijos adolescentes, os animo a que lo leais conjuntamente ya que se trata de una lectura muy amena en forma de preguntas que le hacen los chavales y sus respuestas. Podría constituir un estupendo ejercicio de comunicación y debate sobre temas que seguro les interesarán a vuestros hijos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Cómo se dibuja a un niño


Crecí con los poemas infantiles de Gloria Fuertes, de hecho fue mi primer acercamiento al mundo de la Poesía. Ahora vuelvo a tenerla cerca porque la aprenden los peques en el cole...
Así que he querido homenajear a esta mujer especial desde el blog porque aunque no sean las mejores, desde luego  se percibe mucho cariño y mucho corazón en lo que escribía. ¡Gracias Gloria!
 
 
 
 
Cómo se dibuja a un niño
(Gloria Fuertes)

Para dibujar un niño
hay que hacerlo con cariño.
Pintarle mucho flequillo,
- que esté comiendo un barquillo -;
muchas pecas en la cara
que se note que es un pillo;
- pillo rima con flequillo
y quiere decir travieso -.
Continuemos el dibujo:
redonda cara de queso.

Como es un niño de moda,
bebe jarabe con soda.
Lleva pantalón vaquero
con un hermoso agujero;
camiseta americana
y una gorrita de pana.
Las botas de futbolista
- porque chutando es artista -.
Se ríe continuamente,
porque es muy inteligente.
Debajo del brazo un cuento
por eso está tan contento.

Para dibujar un niño
hay que hacerlo con cariño.

 




viernes, 7 de septiembre de 2012

Vuelta al cole


Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

Confucio



La expresión de "vuelta al cole" se ha generalizado para niños y adultos cuando se acaban las vacaciones. Asi que, tengo la esperanza de que este post cale hondo en los padres/madres para que transmitan buen ánimo a sus hijos a la hora de encarar el nuevo curso.
Como ya lo he comentado en el blog unas doscientas veces, no importa que me repita más que el ajo...la actitud que tengamos los padres ante nuestra propia "vuelta al cole" va a pesar infinitamente más que toda la larga lista de ventajas que les recitemos: volver a ver a sus amigos, aprender cosas nuevas, acudir a las actividades extraescolares, etc, etc...
Normalmente, nos expresamos con enorme fastidio y resignación en los últimos días de las vacaciones, utilizando expresiones como "se acaba lo bueno". Esto, aunque no nos lo parezca, a los niños les chirría bastante porque no pueden comprender que los adultos (esos que según ellos hacemos siempre lo que queremos) decidamos "sufrir" en nuestra vida laboral.
 
 
 
 
Desde luego que los trabajos no suelen ser un camino de rosas, pero sería muy interesante valorar (hoy en día más que nunca), que somos afortunados por tener un empleo. Intentar buscar aspectos positivos de nuestra vida profesional no sólo nos va a ayudar a sobrellevar el curso que recién empieza, también seremos capaces de transmitir la alegría por el trabajo bien hecho a nuestros hijos.
 
Muchos niños tienen un bajón de ánimo bastante fuerte en el comienzo del curso: sienten que no van a poder con ello, les espanta volver a la rutina, tienen miedo al fracaso...tenemos que estar atentos a estas señales cuanto antes. Si el niño se muestra apático, ansioso o irascible, hay que buscar la causa de su desvelo. A veces son problemas de autoestima, otras porque hay compañeros en el colegio que les hacen sentir mal y otras porque tienen miedo de los profesores o de reacciones de los padres si suspenden. Si nos sentamos a hablarlo desde el principio, incluso explicándoles que a veces a nosotros nos inquietan cuestiones parecidas, abriremos esa puerta de la comunicación tan necesaria como difícil.
Es importante acompañarles en este proceso, hacerles saber que el aprendizaje consiste también en errar, que equivocarse y fracasar forma parte de su desarrollo y que por eso no serán castigados, eso sí, tenemos que hacerles ver que tienen que intentarlo y dar todo de sí mismos.
Por el camino, sin duda, aprenderemos algo de nosotros mismos, nos daremos cuenta de algunos miedos que arrastramos y que nunca es tarde para enfrentar. Pero sobre todo, podremos afrontar el nuevo curso con la ilusión de un niño que huele sus libros nuevos, prepara su material a estrenar y se pregunta que le deparará este año.
 
 
 
 
¿A todos nos gusta ESTRENAR algo, ¿verdad? ¿Qué tal si estrenamos temporada y actitud? ¿Por qué no pensar que podemos sorprendernos con nuevos y mejores retos? ¿Y si liberamos nuestra mente de nubes negras y oscuros prejuicios sobre los demás y sobre nosotros mismos y dejamos paso a la luz? Ya sabemos que lo importante no es lo que nos pasa sino cómo gestionamos lo que nos pasa así que, pensemos en lo positivo de la vuelta a la rutina y seamos capaces de transmitir alegría por el futuro a nuestros pequeños, al fin y al cabo y pese a la prima de riesgo, el mundo sigue girando y nosotros seguimos respirando.
 
¡¡BIENVENIDOS!!

martes, 24 de julio de 2012

¿Qué es ser gay (u homosexual)?

Lo que duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera una peste.  Chavela Vargas


Resulta que llevo un par de semanas dando vueltas al enfoque de la entrada, quería tratar la cuestión de un modo cuidadoso, cauteloso y respetuoso.
Iba a soltaros un rollo sobre este tema utilizando grandes palabras como honestidad, sinceridad, respeto, libertad, tolerancia...y resulta que ha ocurrido algo, una pequeña anécdota que ha removido todos esos conceptos y los ha sustituido por una palabra más bella y más grande: AMOR.
Mi hija de 8 años me dijo hace unos días que había estado pensando en algo que me quería decir pero que no se atrevía porque le daba verguenza...así que le sugerí que lo escribiera si eso le ayudaba. Esto fue lo que escribió:




Por si no podeis leer lo que pone, os lo transcribo literal: "Daigual si son omosexual, lo importante es que sean ¡felizes! y que haya ¡amor!. Julia.


Ante tanta pureza, ante un alma tan inocente y cándida que es capaz de VER lo único que realmente importa de las personas, que no antepone juicios de valor ni ideas preconcebidas, ante una mente abierta capaz de conocer a las personas por lo que son y lo que tienen derecho a ser, sin importar su sexo, raza, condición ni religión...¿¿qué más se puede añadir??

Ojalá aprendiéramos más de estos "locos bajitos", ojalá los adultos conserváramos esa capacidad de mirar a los otros con los ojos del corazón, de querer conocer sin prejuicios...¿por qué mucha gente apunta el dato de si alguien es homosexual y si es heterosexual no se menciona? ¿Quien es nadie para juzgar con quien debe uno irse bajo las sábanas? ¿Acaso las tendencias sexuales (siempre que estén basadas en el respeto al otro y entre personas mayores de edad) aportan algo diferente de la persona que tenemos delante?

Preguntas, preguntas y más preguntas...





Yo también me pregunto todo esto porque lo que suelo encontrarme es mucha ignorancia, mucho prejuicio y mucho miedo a lo desconocido. La gente con mentalidad cerril se empeña en tener la única verdad posible, solo confía y cree en lo que conoce (incluso alguno con la excusa de la religión se permite juzgar y condenar, en cambio, en la Biblia dice Jesús:"Todos somos iguales a los ojos de Dios")...pero el AMOR es algo mucho más amplio, más fuerte y más potente.

Si lo que queremos es que nuestros hijos sean tolerantes con los demás (aunque solo sea por aquello de que van a recibir lo que den) debemos mostrarles con sinceridad que hay más opciones y que todo es respetable. Como siempre adaptar la explicación a la edad del niño, sorprendentemente, como os he comentado en anteriores ocasiones, con una respuesta segura y firme suelen quedarse conformes.
Ejemplo:

- Julia (con 6 años): "¿A que una chica no puede casarse con otra chica?
-  Yo: "Sí, ahora ya si las dejan, antes lo tenian prohibido"
- Julia: ¿Prohibido? ¿Por qué?
- Yo: "Porque no les parecía bien a los que hacían las leyes"
- Julia: "y a ellos que más les da" (...)
- Julia: "¿Y cómo tienen bebés?"
- Yo: "si los desean de verdad van a buscarlos y los adoptan"


La conversación fue luego por los derroteros de la adopción pero sobre homosexualidad no preguntó más. Posteriormente ha podido conocer a parejas maravillosas y cariñosísimas de gays y lesbianas de lo que creo que ha derivado esa reflexión escrita de su puño y letra que he compartido con vosotros (con su permiso, desde luego).

Tengo la enorme fortuna de tener amig@s de toda clase y condición de los que aprendo a diario: homosexuales y heterosexuales, también médicos, artesanos, profesor@s, reposteras, documentalistas, peluquer@s, esteticienses (jajaj, no sé como se escribe), auxiliares de vuelo...cada persona me enseña algo, me aporta, aprendo algo de él o ella. Y no tiene nada que ver con su tendencia sexual ni con su profesión, sino con su forma de ver y vivir la vida. Esto los niños lo entienden muy bien sin saberlo. Ellos detectan una buena persona por encima de todo lo demás, el resto importa muy poco en realidad.



Como siempre adjunto un video ilustrativo, esta vez he encontrado uno que, si bien se queda bastante corto y aporta solo teorias científicas resulta una buena aproximación para los pequeños al tema porque lo trata de forma original y didáctica, a ver si os gusta!








jueves, 5 de julio de 2012

Un cuento zen: La taza vacía

"La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia."Sócrates


Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios.
Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.

Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.
Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.
El maestro le responde con tranquilidad "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada"


miércoles, 27 de junio de 2012

¿Hablamos de sexo?

El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
Woody Allen


¿Os acordais de los míticos rombos de la tele? Como diría mi admirado Goyo Jiménez (el de los monólogos), para los de la LOGSE: eran esos símbolos que desde nuestra más tierna infancia nos advertían de lo que podíamos ver y lo que no era apto para menores por contener escenas de violencia, terror o sexo (aunque en realidad bastaba un leve escote, unas sugerentes piernas o algún desliz en el lenguaje para que se ganaran los dos rombazos pertinentes). La verdad es que se lo ponían mucho más fácil a los progenitores que, practicamente no tenían ni que hacernos un gesto disuasorio. Todos estábamos perfectamente enseñados y en cuanto asomaban los dos rombos en la pantalla, agachábamos las orejas y nos encaminábamos dócilmente a nuestros aposentos.
Al igual que con las cancioncillas de "vamos a la cama" o "un globo, dos globos, tres globos", los rombos conformaron el ejemplo más evidente de "condicionamiento clásico" (aprendizaje basado en el estímulo-respuesta), un límite claro en nuestra infancia sobre lo que era adecuado o no, sin apenas participación de los padres. No había lugar para la negociación o la queja, y ante el mínimo amago de rebeldía por nuestra parte, los adultos nos espetaban: "pero, ¿no ves que tiene dos rombos?". Ahí se terminaba la historia, no había otro argumento, eso no era para nosotros y punto.




A los padres de ahora nos resulta mucho más complicado "controlar" lo que ven nuestros hijos en la televisión, porque cualquier inocente zapping te coloca a unas estupendas muy ligeritas de ropa contoneándose a cualquier hora del día, "edredonings" (¿¿??), jacuzzis efervescentes de machos alfas en plena demostración de su "hombría", etc. que provocan mil y una dudas entre nuestros tiernos cachorrillos antes de que podamos apretar el maravilloso botón de apagado de la caja tonta.
Lo cierto es que esta generación tiene acceso a estas cuestiones mucho antes y más a menudo que nosotros: la televisión e internet les permiten llegar a esa información sin que apenas estén preparados para asimiliarla ni entenderla y por supuesto sin que nosotros, los padres, estemos listos para explicar algo comprensible al respecto...
Seguramente a casi todos nos parece que es demasiado pronto, pero así está la cosa.




Cuando los niños son pequeños, es fundamental que nos limitemos a contestar sólo por lo que nos preguntan sin pretender ir más allá (no dejeis de ver el video que os anexo).  Las respuestas deben ser breves, claras y, como siempre en una actitud explicativa, sin prejuicios ni afectación. Si ellos notan que alguna pregunta puede resultarnos incómoda, les intrigará, querrán saber más e insistirán para ver simplemente nuestra reacción. Mi experiencia es que los niños se preguntan sobre muchas cosas, si afrontamos esas inquietudes con temple, normalidad y ayudándonos de buen material, sus dudas se verán disipadas al menos en esa etapa y no convertirán el asunto en un tabú. A mi hijo, con 8 años, le interesó saber más sobre astronomía y, a la vez, por algunas cosas que sucedían en su cuerpo y no comprendía. Nos agenciamos un buen libro sobre estrellas y otro sobre sexualidad, leimos ambos y los comentamos (con más risas en el segundo porque se hablaba de penes y vulvas) y después de unas cuantas preguntas técnicas resueltas y otras metafísicas sin respuesta (porque ya entendió que no lo sabemos todo) se zanjó el asunto... hasta la siguiente duda. Entre los 6 y los 9 años aproximadamente, ya tienen conciencia de las diferencias entre niños y niñas. Es mejor no irse por los cerros de Úbeda ni meterse en lios de cigüeñas porteadoras. Verdades a su alcance, palabras que puedan entender, mensajes cortos y sencillos. Menos es más.



En la preadolescencia, entre los 9 y los 12 años, se cimenta la fluidez en la comunicación entre padres e hijos en aspectos de sexualidad. A esta edad, tened por seguro que ya han hablado del tema con amigos y compañeros. Es bueno que abordemos el asunto con naturalidad e incluso aprovechar alguna oportunidad para crear una conversación libre y abierta sobre ello, para que pueda expresar sus dudas e inquietudes. Debemos ser siempre muy sinceros en las respuestas y entender que les van surgiendo cada vez más cuestiones: homosexualidad, transexualidad, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, etc.



Finalmente, en la adolescencia, de los 13 a los 18 años, se trata de un tema presente y a veces preocupante tanto para los padres como para los hijos. Es en este punto en el que se va a reflejar todo el trabajo que hemos hecho anteriormente. Si se ha proporcionado un clima de confianza y se ha dado en casa una comunicación fluida y natural, los adolescentes recurrirán siempre a sus padres porque saben que van a contar con su ayuda y apoyo incondicional. Lo que tenemos que plantearnos los padres es si podemos y queremos enfrentarnos a esta realidad inexorable de su desarrollo o preferimos vivir en la ignorancia sobre lo que hacen porque no queremos ver ni saber ni aceptar...






Sé que este video lo puse en otra entrada del año pasado, pero ¡¡ me viene taaan bien para ilustrar lo que es una explicación materna "fuera del tiesto"!!
¿Qué quiere decir "virgen"?

Como siempre, vuestras aportaciones pueden ayudarnos a todos (a mi desde luego me hacen aprender tanto), animaos a opinar!!

miércoles, 13 de junio de 2012

Papá, Mamá...¿qué es morir?

Algo hay tan evidente como la muerte y es la vida
Charles Chaplin



En ocasiones nuestros hijos tienen que enfrentarse al tema de la muerte mucho antes de lo que nos gustaría, muere su mascota o un abuelo o alguien cercano y tras el primer impacto empiezan a hacerse preguntas.
La cuestión de la muerte en sí es difícil porque con lleva implicaciones morales y creencias que cada familia inevitablemente va a transmitir. Pero lo más importante es que logren comprender las explicaciones que les damos.

Los niños muy pequeños pasarán por diferentes fases de duelo, negarán que ha ocurrido, después pasarán por la pena y el llanto unidos a una profunda incomprensión del significado de "morir" y del hecho en sí. Es fundamental que no se relacione la muerte con "irse a dormir" porque puede llegar a generarles una angustia terrible el hecho de irse a la cama.

Respetando por supuesto las creencias que cada familia quiera transmitir a sus hijos, hay verdades que todos compartimos y que no deben ocultarse. Se les puede explicar que morir es dejar de vivir aunque luego "adornemos" esa realidad con frases que les pueden aportar algo de tranquilidad. Es muy recomendable asociar a la persona fallecida con algún elemento de la naturaleza para que puedan sentir que, de algun modo, sigue entre nosotros.
Os contaré algo muy personal, cuando mi madre se fue, mis hijos tenían un fuerte vínculo con ella, siempre estuvo a mi lado para cuidarlos y criarlos. Pero ellos la vieron enfermar y deteriorarse... y sabían que se iba apagando. Cuando finalmente murió, buscamos la estrella más brillante del cielo juntos y les dijimos que ahí estaba ella y que nos iba a acompañar desde el cielo siempre. De ese modo, aunque saben que ya no la verán más, sienten que no se ha ido totalmente y eso les consuela ( y a mi también desde luego).



De todas formas, no debemos olvidar que para los niños es un proceso mucho más natural de lo que creemos. Ellos no están condicionados por miedos y experiencias como los adultos, de forma espontánea aceptan la muerte como parte de la vida, es increíble las lecciones que pueden darnos a la hora de sobreponerse ante un hecho como la muerte. Claro que sufren un shock al principio y los que son más expresivos y pueden desahogarse (normalemente los más pequeños), después no pasan mucho más tiempo dándole vueltas al asunto...se limitan a vivir.

Normalmente, hasta los 6 años, los niños no suelen angustiarse con el tema de la muerte. Si ha ocurrido alguna en su entorno, entonces si empezarán a preguntarse cosas, ejemplos:
a) pero ¿no se vive hasta los 100 años?
b) ¿y si tu te mueres, que hacemos?
c) ¿yo puedo morirme?

Lo primero, tragaremos saliva ante semejantes cuestiones, nos calmaremos, y con una sonrisa, algo de sentido del humor y muuuucha tranquilidad les contestaremos lo que buenamente sepamos, ejemplos:
a) No siempre, hay gente que muere por enfermedad o accidente más joven. No es fácil llegar a cumplir 100 años. (Probablemente a esta le seguirán tropecientas preguntas que podemos ir contestando hasta que uno de los interlocutores se canse...)
b) No tengo pensado morirme por ahora, pero si ocurriera, vosotros estariais bien porque nunca estareis solos, hay muchas personas que nos quieren y estarán a nuestro lado en todo momento.
c) Todo lo que está vivo puede morir, las plantas, los animales y las personas, pero como estás sano no es probable que ocurra.

Como ya sabreis, estas respuestas son "parches" porque nunca se sentirán contestados del todo, además, a cada edad surgirán nuevas preguntas relacionadas con este tema, cada vez más complejas e intrincadas. Nuestra actitud a la hora de responder es CLAVE: naturalidad y tranquilidad. Después de obtener una respuesta (que se acerque remotamente a lo que buscaban), seguirán jugando o viendo su peli sin más. En cambio, si nos ven caras de angustia o más desolados que ellos, se empezarán a poner muy nerviosos.



Para los más mayores, otra forma de responder puede ser a través del recuerdo, respecto a ese enfoque, comparto este pensamiento que me encantó:
"nos quedan las fotos, todo lo que nosotros y quienes le conocieron contamos de él, quedan las imágenes que tenemos en nuestra memoria de los momentos compartidos y, sobre todo, queda la huella que dejó en nuestras vidas"


Hoy quiero dejaros una carta que me impactó mucho, es de Angeles Caso, no habla exactamente de la muerte pero sí de lo poco que hace falta para vivir y ser feliz. Creo que es toda una lección de vida, espero que la disfruteis tanto como yo lo hice...
Lo que quiero ahora (Angeles Caso)

Para mí, una de las mejores escenas del cine de animación que explica maravillosamente el proceso de vida, amor y muerte inevitable...Up! (personalmente, no puedo verla sin emocionarme, ya la habré visto mil veces!!)
Up: la vida y la muerte


miércoles, 30 de mayo de 2012

Preguntas incómodas, respuestas necesarias


"Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas..." Jorge Francisco Pinto


Los niños y sus preguntas. A todos nos ha pasado alguna vez, vienen hacia ti y te sueltan la gran pregunta existencial (o rabiosamente carnal) como si tal cosa. A los adultos suelen pillarnos desprevenidos esos "pensamientos colaterales" y nos quedamos con cara de sota hasta que podemos reaccionar.
En su libro "A paso de cangrejo", Umberto Eco dice: "no hemos de enseñar a los jóvenes tan sólo lo que quieren, sino también, justamente, lo que no quieren". E incluso son ellos con sus preguntas los que nos muestran lo que los adultos no queremos ver. Cuando los niños o adolescentes preguntan algo que intuyen que es "incómodo" para nosotros, lo importante realmente no es la pregunta sino cómo reaccionamos y les respondemos. Lo habreis observado: cuando empezamos a darles toda clase de explicaciones, se aburren y se van...ya han sido contestados de algún modo, sobre todo con la actitud.

Como hemos repetido hasta la saciedad aquí, si queremos que nos cuenten sus inquietudes y sus asuntos, nosotros deberíamos ser abiertos con los nuestros para que el canal de comunicación sea abierto y fluido.




Por supuesto, es imprescindible tener en cuenta la edad de los "cuestionadores", es evidente que no podemos contestar lo mismo a un niño de 5 que a otro de 12 años, por lo que, como segunda norma está la de adaptar la respuesta al "auditorio". Tampoco es cuestión de soltarles un rollo filosófico ni existencial pero tampoco podemos volver a la época de la cigueña en determinadas cuestiones. Luego está también su forma de ser, hay niños muy pragmáticos que quieren una respuesta clara y concisa y otros a los que les encanta debatir y profundizar en algunos temas. Nosotros tenemos la capacidad de adaptarlo y hacer de la cuestión que le preocupa una fuente de comunicación en ambas direcciones.
Os preguntareis...¿segunda norma? ¿y la primera? La primera y principal es ofrecer una respuesta, contestar siempre, y eso incluye la aceptación de no saber. Una respuesta perfectamente posible e incluso necesaria a algunas preguntas incómodas es "no lo sé, hay muchas cosas que yo tampoco sé, cariño". Al principio, sobre todo los más pequeños, se quedan perplejos ante la ignorancia de esos "seres supremos que todo lo saben" que son su padres. Pero esa respuesta encierra también la enseñanza de esta abiertos a aprender en todo momento y edad, además de tener la humildad de reconocerlo. No saberlo todo y decirlo abiertamente está bien, nos coloca en actitud de búsqueda e inquietud por saber, nos humaniza, nos baja de la falsa atalaya del sabelotodo.

Enfrentarnos a los temas que nos plantean con la mayor naturalidad posible, es fundamental. Sería bueno que recordemos nuestra propia infancia y veamos la vida a través de la pureza de su mirada, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, explicando sin enjuiciar. En cuanto ellos notan que el tema por el que nos preguntan nos escandaliza o nos angustia, más incidirán en ello por la curiosidad que les produce nuestra reacción.



Quiero ofreceros una serie de "preguntas incómodas" a lo largo de varios post que casi todos los niños suelen hacerse antes o después. Intentaré adaptar posibles respuestas en base a la edad del "preguntador".
Temas:
¿Qué es morir?
¿Qué es el sexo?
¿Qué significa gay (u homosexual)?
¿Por qué os separais?
¿Por qué tengo que estudiar si lo odio?
Si tu bebes/fumas, ¿por qué me lo prohibes a mi?
etc...
Por favor, no dejeis de intervenir, enriquecer e ilustrar el blog con vuestros comentarios, siempre bienvenidos y siempre necesarios para que todos podamos aprender más...


Para ilustrar el tema que nos ocupa, os dejo este temazo sin par que no os dejará indiferentes:
El niño preguntón



jueves, 24 de mayo de 2012

¡¡Quiero una mascota!!


Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco critican.
George Eliot


Ahora que se acerca el final del año escolar, son muchos los padres que prometen a sus hijos refuerzos "extremos" creyendo que quizá por esa vía los niños hagan un esfuerzo final y consigan superar el curso.  Algunos hasta se atreven a perjurar que si aprueban todo, les regalarán la ansiada mascota, por fin.

Está comprobado que las mascotas son una fuente de bienestar psicológico para los niños que además contribuye a desarrollar su sentido de la responsabilidad y a una mejora también para socializar. Aprenden a respetar a otros seres vivos y a la Naturaleza en general. Cuidar de una mascota enseña a los niños a ser más compasivos y empáticos y ayudan también a aumentar la autoestima y la confianza en sí mismos.

Pero esta decisión no es baladí y debe ser consensuada con todos los miembros de la familia, porque va a formar parte de dicha familia y todos deben tomar conciencia de ello. Además, decidir el tipo de mascota es fundamental: no todas requieren los mismos cuidados, la "educabilidad" es diferente dependiendo del animal, el vínculo emocional que se genera también cambia...
Los niños deben tener claras las necesidades de sus mascotas para saber si están dispuestos a satisfacerlas, y básicamente son: alimentación, salud, limpieza, cariño y ocio.



Como expresa la cita que os he propuesto al principio, los animales son una gratísima compañía. Nos aceptan como somos, no nos juzgan y desean estar con nosotros a pesar de nuestros defectos. Se sabe que son fantásticos aliados en muchas terapias con personas mayores, niños autistas o con alguna discapacidad (en otro post os hablaré de lo mucho que aprendí en un fascinante curso de delfinoterapia con niños con síndrome Down y autistas). Los animales son necesariamente intuitivos y distinguen mucho mejor que nosotros mismos nuestros cambios bioquímicos: olores, tonos de voz, gestos...ellos saben siempre cómo comunicarse.

Pero a veces no es posible tener un animal en casa (ya sé, ya sé que algunas me direis que con los maridos teneis bastante...¡¡es broma!!) y es necesario hacerles entender a los niños la responsabilidad que conlleva en todo momento, es bueno que reflexionen sobre lo que harían con ellos si nos vamos de vacaciones o si se ponen enfermos para que sean partícipes de dicha responsabilidad cuanto antes...¡¡no puede ser que se sigan abandonando tantos animales cada año!!



Las mascotas ocupan un espacio físico y emocional muy importante en el hogar, pero como en todos los ámbitos y en toda las relaciones, resulta imprescindible marcar unos límites precisos por higiene y educación del animal. Los niños deben ir entendiendo que no es un juguete, sino un ser vivo con necesidades sobre el que hay que ejercer una responsabilidad aunque también pueda jugar y comunicarse con él. Dependiendo de la edad, se les pueden ir asignando tareas en relación a la mascota: estar pendientes de cuando les falta comida y agua, sacarlos a pasear, asearlos, etc.

Los beneficios de vivir con mascotas no sólo son psicológicos, también fortalecen el sistema inmunológico e impulsan el desarrollo cognitivo, comunicativo e intuitivo de los niños. Acariciar o simplemente cuidar de una mascota (hámster, canario, tortuga...) reduce el estrés y la ansiedad, les ayuda a superar miedos y empiezan a comprender las fases de la vida: nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. Por eso también nos ayudan a educar.

En este video podemos observar la paciencia infinita de un gato (los que los tenemos sabemos que no suele ser su mayor cualidad) con una bebé muy cariñosa...
El felino paciente

jueves, 17 de mayo de 2012

Carta de un hijo/a a su padre/madre

Papá, Mamá
Quisiera expresarte en esta carta toda la gratitud que siento y todo lo que necesito y casi nunca sé pedir...

  • Necesito de ti cariño verdadero y manifestaciones sinceras de él. Lo necesito a través del contacto físico, de tu mirada tranquila a mis ojos, de tus palabras de aliento y valoración, de tu juego confiable y cercano...Y espero que cuando estemos juntos haya momentos en que tu atención sea realmente para mí, no para las "mil cosas que tienes que hacer".
  • Necesito estar cerca de ti, jugar juntos, dormir juntos alguna vez, escuchar cómo nos sentimos y contarnos nuestras vivencias y retos. No quiero que NADA, ni la televisión, ni la comida ni todo lo demás, se interponga entre nosotros dos.
  • Necesito recibir un trato completamente respetuoso, sin palabras, gritos o insultos que me desvalorizen ya que eso provoca que nos separemosy resulta muy doloroso. No olvides que si aprendo esa actitud de ti, yo aprenderé también a ser irrespetuoso y a insultar. Esa actitud nos confunde a ambos acerca de nuestra relación y afecta a la imagen que tendré sobre mí mismo.
  • Necesito que la seguridad de tu presencia y tu ánimo estén disponibles, sin eso mi vida se torna tímida y cobarde. Aunque también necesito de tus límites para parar mis comportamientos irracionales.
  • Necesito que tu conciencia esté alerta y despierta, flexible al máximo y dispuesta a aprender cosas nuevas como yo. Y que se quiera mucho, muchísimo a sí mismo/a.
  • Necesito la coherencia entre tus palabras y tus comportamientos, pues tú eres el modelo que sigo.



  • Espero que el diferente grado de conocimiento e información que tú y yo tenemos acerca del mundo y la sociedad suponga una oportunidad para ayudarnos y enriquecernos mutuamente.
  • Necesito equivocarme, afrontar retos, experimentar cosas nuevas. Sé que mis errores e intentos te resultan difíciles de sobrellevar, sin embargo, quiero que comprendas que lo necesito para poder aprender y vivir mi vida. Si tú quieres, con tu apoyo podré afrontar esos retos.
  • Entiendo que el cariño se da incondicionalmente en nuestra relación y que podrás aceptarme como soy. No entres en el juego de comprarme cosas para sacudirte la culpabilidad o para "comprar" la necesidad de amor que tengo de ti. El tiempo juntos jugando y charlando es lo más valioso que tenemos.
  • Deseo de todo corazón que no estés solo o sola mientras luchas con tus dificultades durante esta dificil tarea que es educarme. Soy consciente de la importancia de que recibas ayuda de calidad y espero que así ocurra. Además, me encanta conocer a tus amigos y amigas.
  • Necesito enfadarme, mostrar mi frustración, mi desánimo y mi miedo. Necesito llorar, decir cosas sin sentido, temblar...¡de verdad lo necesito! Me gustaría que no me lo impidieras, porque de otro modo, no podré recuperarme de todo aquello que dentro de mí me hace daño. Como sabes, mi mente se bloquea en muchas ocasiones mientras aprendo a afrontar los retos de la vida.
  • Mamá, Papá, recuerda que eres maravilloso, maravillosa
  •  
Espero que consigamos juntos que nuestra relación sea todo lo amorosa y enriquecedora que siempre deseaste que fuera.
Gracias por tu atención diaria y por tu tremendo y admirable esfuerzo. Te amo y deseo lo mejor para ti.


Tu hijo, tu hija

martes, 8 de mayo de 2012

¡Socorro, tengo un adolescente en casa!

La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778)



Vivir con un adolescente es una de las experiencias más enriquecedoras, fascinantes y tormentosas que existen. Quien lo ha vivido lo sabe. Nos enseña mucho de nosotros mismos, nos obliga a abrir nuestra mente y nos enfrenta a otra forma de educar mediante la única herramienta posible: la negociación.

Los múltiples cambios físicos y psicológicos, la revolución hormonal y la búsqueda de su identidad marcan este eterno periodo que puede llegar a amargar la existencia de toda la familia. Normalmente los padres y madres se desconciertan ante tanta bipolaridad, pasan de ver a sus hijos/as eufóricos a la absoluta desolación por notarles hundidos. Los adolescentes, en muchas ocasiones, le dan una importancia extrema a cuestiones que a los adultos nos parecen banales y, en cambio pasan olímpicamente de lo que nosotros consideramos esencial...el choque está servido.

Para colmo, en la búsqueda activa de su identidad, se alejan cada vez más de los padres, se identifican hasta el infinito (y más allá) con su grupo, imitándose unos a otros pero sintiéndose siempre diferentes y, por supuesto más incomprendidos y desgraciados que el resto de la Humanidad. Desarrollan un fortísimo sentido de la justicia, de la estética, de la amistad, del amor. Se vuelven tremendistas, se debaten entre el todo o nada en sus relaciones, vamos, una tortura absoluta para sí mismos y para los que los rodean.



Pero también nos aportan muchísimas cosas gratificantes: una frescura necesaria en su visión de la vida, una capacidad enorme de empatía, un alto grado de implicación social (muchos se dedican al voluntariado) y momentos inolvidables de charla y risas con los adultos.
Ellos también están confusos, notan cambios y sensaciones nuevas. Simplemente no saben cómo gestionar su nuevo "yo". Necesitan comprensión, confianza, algo más de libertad, muchísima comunicación y cantidades ingentes de paciencia por parte de los padres.

Es verdad que hoy por hoy es muy complicado sobrellevar la convivencia con los adolescentes, tienen mucha más información, más recursos y una inteligencia emocional más desarrollada, saben lo que quieren y lo quieren ya...para eso estamos los padres y madres, y es importante haber realizado una labor previa de establecimiento de límites, de escucha activa de sus inquietudes y problemas desde que son pequeños (aunque entiendan que nosotros no tenemos las soluciones), de desarrollo e confianza mutua. Para que, una vez llegada esta complicada etapa, se pueda vivir con respeto por ambas partes. Así que, si ya teneis un pequeño gran alienígena adolescente en vuestros hogares, os recomiendo, siempre bajo la premisa del sentido común y la autoridad paterna bien entendida, dos herramientas necesarias (vitales, diría yo!): paciencia y negociación. 



Como ya hemos tocado aqui el tema de los límites, os recomiendo darle una vueltecilla a la entrada: Pautas para marcar límites que quizá os pueda orientar.

Quisiera también recomendaros la lectura de esta entrada del blog de Mamá convergente que me ha encantado, se trata de una carta que escribe a su hermana adolescente y me gusta porque aunque está llena de cariño, creo que tiene la distancia justa para poder recomendar sin enjuiciar. Ya sabemos que a estas edades toleran mejor el consejo (aunque despues lo ignoren olímpicamente) que el "adoctrinamiento". He leido en esta carta consejos muy sabios que, al no existir el salto generacional tan grande que hay de padres a hijos, ayuda mucho a abrir debates y comunicarse (que ya sabeis que es la gran cuestión): Carta a una adolescente
Gracias a Eva (la mami convergente en cuestión) por su generosidad al dejarme compartir su entrada con vosotros.

Y como siempre, un video ilustrativo...en esta ocasión uno muy interesante sobre el funcionamiento del cerebro adolescente. Sería estupendo que pudierais verlos con vuestros proto, adolescentes puros y jovenzuelos varios para conocer su punto de vista y, nuevamente escucharles aprendiendo de ellos.
Funcionamiento del cerebro adolescente
¡Ánimo, que ya sabeis que eso se pasa con la edad!
¡Ah! Última recomendación...el libro "La edad del pavo" de Alejandra Vallejo Nájera, comenta y analiza lugares comunes de la adolescencia con mucho sentido del humor, que siempre ayuda.
¡¡Espero con ilusión vuestros comentarios para enriquecer este foro!!



viernes, 20 de abril de 2012

La importancia de la lectura: Principios fundamentales para crear buenos lectores


La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo.Richard Steele (1672-1729)


Hice un curso de lectura rápida y fui capaz de leerme 'Guerra y Paz' en veinte minutos. Creo que decía algo de Rusia...

Woody Allen (1935-?)


Todos conocemos los beneficios de la lectura, las posibilidades y mundos nuevos que nos abre. La lectura estimula la imaginación de los niños, su creatividad y sin duda, su inteligencia, les aporta vocabulario, favorece su expresión verbal y su concentración. Conseguir que este magnífico hábito se instale en los niños de modo natural no es tarea fácil. Normalemente, en el cole, hay una edad en la que, se supone que los niños ya deben saber leer bien, pero la realidad es que cada uno tiene su ritmo de aprendizaje y forzar la máquina suele llevar a resultados desastrosos.
De hecho, en la consulta nos encontramos con muchos casos de fracaso escolar o de dificultades en la atención, directamente derivados de una mala adquisición de la lectura.



Dada la importancia que tiene adquirir de forma consistente el hábito de la lectura, hemos querido proponeros un decálogo con pautas claves para ayudar a crear buenos lectores:

1.- Dar ejemplo: Los adultos somos un modelo de lectura para los niños. Es bueno que leamos delante de ellos y que nos vean disfrutar leyendo.

2.- Escuchar: Cuando nos preguntan, están aprendiendo, ese es su camino. Es importante escucharles y atender a sus dudas.

3.- Compartir: Es una buena idea leer juntos, porque todos sabemos que los placeres compartidos se disfrutan el doble.

4.- Proponer en vez de imponer: Si tratamos la lectura como una obligación, los niños acabarán por detestarla. A cambio podemos buscar libros de temas que les interesen y ponerlos a su vista para que se acerquen a ellos cuando estén preparados. Hoy día hay cuentos atractivísimos de todos los temas posibles.

5.- Acompañar: Para los niños es importante y necesario el apoyo de sus padres (y familia en general). No hay que dejarles solos aunque aparentemente sepan leer.

6.- Ser constantes: Para que un hábito se instale debemos ser persistentes y reservar un ratito de lectura a diario, pero que sea un buen momento, en que estén relajados y predispuestos.

7.- Respetar: Como lectores, ellos tambien tienen derecho a elegir lo que quieren leer. Es aconsejable conocer sus gustos e ir viendo cómo evolucionan.

8.- Dejarse aconsejar: En las bibliotecas, en el colegio y en las librerías pueden ayudarnos a elegir lo que más se ajuste a los gustos del lector reciente.

9.- Estimular: Directamente relacionado con el punto 4. Si dejamos libros apetecibles a la vista, seguramente se animarán más a ojearlos.

10.- Organizarse: Podemos ayudarles a organizar su tiempo y espacio (pequeña biblioteca). La desorganización a veces es incompatible con el momento de relax que puede ser la lectura.

Esperamos que os sirvan de utilidad. Aprovechando la generosidad de Lucía, una de nustras fieles seguidoras, que nos ha enviado este link del blog de la escritora Lucía Etxebarría en el que nos propone 10 libros que no deberíamos perdernos: Diez libros imprescindibles a los que yo añadiría, "Historias de ratones" de Arnold Lobel y "La cebra Camila" de Marisa Nuñez ambos de la editorial Kalandraka. También son divertidísimos todos lo de la colección de Manolito Gafotas que nos hemos leido en casa enterita.

Para adolescentes están bien los de la colección : "El diario rojo de Carlota" (para chicas) y "El diario rojo de Flanagan" (para chicos) de la ed. Destino, "Veronika decide morir" de Paulo Coelho. Para reirse un rato: "Guía del autoestopista galáctico" de Douglas Adams y "Sin noticias de Gurb" de Eduardo Mendoza (nos lo estamos leyendo mi hijo de 11 y yo, que ya lo habia leido en mi tierna juventud, y tenemos que parar porque los ataques de risa nos impiden seguir leyendo...).
¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO, espero que disfruteis de estas recomendaciones con los peques de la casa.

Mirad cómo reacciona este niño al ver que le regalan libros por Navidad, se ve que no disfruta nada leyendo...y a los padres le hace mucha gracia!!

martes, 17 de abril de 2012

De cómo una bloguera novata encuentra un mundo nuevo cibernético: Premio Liebster


Llevo en este mundo "bloguero" muy poco tiempo, desde el año pasado. La verdad es que me está costando un poco ponerme al día con los "protocolos" y las buenas maneras en la red, pero gracias a unas buenas amigas que me ilustran con sus sabios consejos, voy saliendo de mi analfabetismo cibernético...
Todo este rollo viene a cuento porque he tenido el  honor de recibir el premio Lobster que amablemente ha decidido otorgar a este blog, Ainara de con mamá. Su blog aporta muchas ideas interesantes acerca de cuestiones muy útiles de la crianza de los niños, recetas y cosas cotidianas que nos unen como madres y padres. ¡¡Gracias Ainara!!


El premio Liebster se otorga a blogs de menos de 200 seguidores, que tienen algo especial, algo que nos hace acudir periodicamente a leerlos porque nos enriquecen de una u otra forma.
Como yo también tengo que otorgárselo a cinco blogs, aquí dejo mis premiados:

Palabrerías: blog que sigo hace años, me fascina su capacidad para hacerme reflexionar, para tratar de los temas más cotidianos a los más profundos y filosóficos.

Hazlo especial: en principio dedicada a la elaboración de preciosas tartas personalizadas con las temáticas que gusten a l@s homenajead@s. Ha ampliado su creatividad hacia la organización de fiestas de cumpleaños, con todos los elementos diseñados por ella. Merece la pena echarle un vistazo a su blog, con muchas entradas en forma de tutoriales que nos dan ideas fantásticas para sorprender a los peques de la casa.

Todo arreglado: porque desde que encontré su blog, nos ha mejorado la vida a mi y todo aquel que no domina el arte del bricolaje, la fontanería, la electricidad, etc...
Esencial para quien necesita una ayudita con las pequeñas o grandes cosas que tenemos que reparar en casa. De total confianza y con un toque creativo esencial para aportar soluciones allá donde no las vemos.

Menudo numerito: me encantan los diseños que nos propone. Unas camisetas preciosas, de gran calidad que me parecen perfectas para soprender con un regalo personalizado y original. Su blog está lleno de encanto y buen rollo.

Como no ser una mamá drama: porque desdramatiza la maternidad con un sentido del humor estupendo. Porque me hace reír y me siento muy identificada con muchas de las divertidas anécdotas que cuenta. Imprescindible para días de bajón.


Bueno, estos son algunos de mis blog de referencia pero, ahora que he empezado a darme una vuelta por estos lares, he visto que miles y muchos de ellos de mucha calidad, sobre todos los temas que os podais imaginar. Pero supongo que un blog de los esenciales es como uno de esos libros que te vuelve del revés...te encuentra a ti más que tu a él.

Gracias a tod@s los que haceis posible este blog.
Un abrazo