lunes, 26 de noviembre de 2012

Vencer el miedo, ayúdate con la respiración

Dejamos de temer aquello que hemos aprendido a entender
Marie Curie


¿Quién no siente o ha sentido alguna vez miedo? Esa sensación ancestral y necesaria que nos salvaba la vida y que puede convertirse en una patología. El miedo es imprescindible para vivir, lo fue para nuestros antepasados y lo sigue siendo porque nos alerta del peligro. La diferencia está en que en nuestra civilización occidental del bienesar, vemos el peligro en todas partes, incluso donde no lo hay.
 
Ahí es donde el miedo se convierte en enfermedad, nos bloquea, nos derrumba, interfiere en nuestra vida normal y acabamos por boicotearnos.
El primer paso para superar un miedo es reconocerlo y respetarlo. Por algo está y se manifiesta. Conviene observar y explorar porque está queriendo decirnos algo.
Una vez que reconocemos y sopesamos el obstáculo, hay que averiguar cómo enfentarse a él. Si por ejemplo nos entran palpitaciones y sensación de ahogo al entrar en un espacio cerrado, podemos hacer unos ejercicios de respiración y relajación antes de entrar en un edificio. Para esto se requiere una introspección previa, un "darse cuenta" que abre nuestra conciencia y nos va guiando por nuevos caminos.
 
 
 
Una herramienta clave para mitigar los efectos del miedo es la respiración, esa conexión con la vida...si logramos controlarla y focalizar nuestra atención hacia ella, lograremos un cambio en los niveles químicos de adrenalina y catecolaminas que activan el estrés y la ansiedad. Esto producirá una modificación en nuestra reacción, en vez de descontrolarnos y dejarnos llevar por la emoción negativa, la respiración nos devuelve las riendas de la situación, otorga tiempo y espacio para pensar con claridad.
Si los habeis vivido, recordareis que los episodios de pánico y los ataques de ansiedad vienen asociados a una respiración rápida y entrecortada, por lo que, al imponer con el autocontrol un ritmo más lento, desactivamos (al menos en intensidad) la señal de alerta  química que desata todo el proceso.
 
 

 
 
El miedo es una reacción básica de autoprotección común a todo ser humano y animal. No debemos avergonzarnos de sentirlo. Un buen modo de enfrentarse también es observar atentamente todos los síntomas que nos invaden pero sin dejarse llevar por el pánico. Sé que resulta más fácil decirlo que hacerlo, pero todos en algún momento hemos resuelto casi intuitivamente una situación de terror: en la infancia, ante nuevos retos, ante una enfermedad, teniendo que hablar en público o al subir a un avión.
Debemos aceptar y comprender nuestros miedos para poder superarlos.
 
 
 
 
 
Os dejo de regalito este tema de Rosana que hay que escuchar bien y sobre todo aplicarse a esa actitud que dejamos en la niñez de vivir día tras día, disfrutando de cada paso y afrontando cada escollo. Con la máxima siempre de "confiar, esperar, aceptar y agradecer".
"Sin miedo las manos se nos llenan de deseos, que no son imposibles ni están lejos" (Rosana)

2 comentarios:

  1. La respiración clave para la vida y como dices fundamental para el control del miedo, de la incertidumbre y en general para mitigar todo aquello que nos atormenta, excelente recomendación.

    ResponderEliminar