miércoles, 11 de enero de 2012

Hiperactividad extra-escolar

"Un niño no es un saco que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender"
Jean Piaget, psicólogo y biólogo (1896-1980)


Bueno, pues aquí estamos de vuelta a la "normalidad", con fuerzas renovadas y muchas ganas de seguir comentando temas que espero os resulten interesantes. Los niños han pasado unos días de descanso y a muchos les cuesta retomar la rutina, volver a madrugar y a los horarios leoninos que se les presentan entre el colegio, las actividades extra-escolares y el tiempo de deberes...¿algún ratillo para jugar con los doscientos mil juguetes que les han traído los Reyes Magos? ¡Otra vez las contradicciones de los adultos salpican el equilibrio de nuestros niños!
El asunto de las actividades extra-escolares suele ser bastante controvertido. El problema de los horarios que, a diferencia del resto de Europa, aquí suelen ser incompatibles para poder conciliar la vida laboral y la familiar, hace que muchos padres se sirvan de dichas actividades para poder ocupar las tardes de sus hijos hasta que ellos están disponibles.




El principal propósito de plantear a los niños actividades fuera del colegio, sería ofrecer un complemento a las materias que se imparten en la educación reglada, normalmente en la áreas musical y deportiva. De esta forma los niños podían "desconectar" una hora de las materias habituales y dedicarle un tiempo a algo que realmente le gusta. 
El problema viene cuando las actividades se amontonan y además no son las elegidas por los niños, a lo que hay que añadir el tiempo de deberes. Sobrecargar sus "agendas" favorece la aparición de estrés infantil, cuyos síntomas físicos suelen ser: dolor de cabeza y de estómago, insomnio y falta de apetito. Asociados a estos, surgen también algunos problemas psicológicos como incapacidad de controlar sus emociones (llanto y/o rabia descontroladas), comportamientos agresivos y preocupación excesiva, entre otros.




Las actividades tanto artísticas como deportivas deberían ser una fuente de aprendizaje y socialización sana que aumenta la autoestima y el desarrollo psicológico de los niños, siempre que no se afronte con innecesaria competitividad y resulten placenteras para ellos y su propio autoconocimiento. No hay que olvidar que el motor que hace que lleven a cabo gustosamente dichas actividades, es su motivación personal. Tras las horas obligatorias de colegio, lo ideal sería que fueran ellos los que eligieran, siempre que sea posible y con el asesoramiento de los padres, la actividad que desean realizar. 
No olvidemos que las pasiones son contagiosas y si nosotros sabemos comunicarles nuestros sueños y aficiones, podemos conseguir estimularles a aprender y participar con ellos de sus logros en la actividad elegida. 
Y no olvidemos el fundamental tiempo de ocio y juego, absolutamente necesario para un desarrollo psicológico saludable en los niños y adolescentes. Fue un carpintero neozelandés, Samuel Parnell (1810-1890) quien reflexionó sobre lo que era calidad de vida y planteó la famosa "regla del 8": necesitamos ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho de recreo u ocio. Sería muy recomendable que nos aplicáramos esta regla tanto los padres como nuestros hijos, ¡seguro que viviríamos todos más sanos y felices!
Intentemos estimularles sin caer en las actividades "estrésescolares" ;-)

¿Vosotr@s qué opináis? ¿Cómo se enfrentan vuestros hijos e hijas al "mundo extraescolar"? Animaos y contad vuestra experiencia, seguro que nos enriquecerá a todos.

Os dejo una parodia muy divertida de Muchachada Nui sobre el tema que hoy nos ocupa:

6 comentarios:

  1. Equilibrio, esa es la fórmula para casi todo en la vida y desde luego para las extraescolares de los niños. Equilibrio entre lo que necesitan y lo que desean, entre esfuerzo y juego, entre actividad física e intelectual, entre ocupación y ocio. El equilibrio que es un aspecto fundamental para llevar una vida psicológica y físicamente sana debe ser el baremo por el que se midan los tiempos, las dedicaciones y los esfuerzos de nuestros de nuestros hijos, aderezado con grandes dosis de sentido común, que no es el más común de los sentidos. Creo yo...

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    1. Absolutamente de acuerdo, entiendo que todos deberíamos aspirar a lograr el equilibrio en nuestras vidas y más aun aportarselo a nuestros hijos en la medida que podamos.
      Y no, me temo que el sentido común (del que hablamos a menudo en este blog), no es el más común de los sentidos...

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  2. Hola Raquel, te escribo en el blog, que como verás me he hecho seguidora.
    Es tan importante empaparte de todo lo que tenga que ver con el tema de la educación; tu exposición es genial, mi experiencia particular,es que creo necesario que hagan actividades sin agobios, y no solo deportivas, también intelectuales; después el tiempo, sus ganas harán que decidan lo que mas les gusta.
    También hay que saber aconsejar y dosificar, al mio mayor todo le parece poco, lo quiere hacer todo,y también hay que estar ahí para aconsejar y ayudarles de la mejor manera posible.
    Yo ahora estoy en un periodo delicado: uno en plena adolescencia y otro pre-adolescente; imaginate...
    Uno lo haría todo y el otro no haría nada ...menos mal que tienen unos padres un poco pesaditos, intentamos hacerlo de la mejor manera posible, y hablar, hablar con ellos de todo. La comunicación entre padres e hijos, tan importante, y tan necesiaria, y en ocasiones tan escasa...
    Bueno creo que me enrollo mucho, de nuevo te doy la enhorabuena por tu blog.
    Un beso grande

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    1. Querida Mar, muchas gracias por seguir el blog y por la generosidad de exponer tu caso (que es el de la mayoria que tenemos dos hijos o más y por tanto, vemos diferencias...). Efectivamente los padres tenemos que comunicarnos, escuchar y aconsejar, además dde que nadie mejor que los padres conocen a sus hijos. Quizá veamos que uno es más intelectual y otro más activo y deportista...está bien, no podemos hacerlo todo y cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles. Lo que si es importante es aportarles ese equilibrio que creo que es del que habla tambien Palabrerias más arriba. Sobre todo, que no suponga un estrés continuado ni lo que es peor, la satisfaccion de algunas carencias que tenemos los padres...y te aseguro que eso lo veo a diario. Hay muchos niños que van a actividades que no soportan solo por complacer a sus padres y el resultado es nefasto, como puedes imaginar.
      No sois pesaditos (o sí, pero es condicion sine qua non para ser madre o padre, no? segun mis hijos yo soy la mas pesada del mundo mundial!), simplemente os preocupais por ellos y quereis darles lo que pensais que es lo mejor...con esa bandera por delante no se equivoca nadie!!
      Un besazo Mar

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  3. Muy buena la parodia de Muchachada Nui que has puesto.
    En este mundo acelerado en el que vivimos a veces parece obligatorio tener todo el tiempo ocupado o que nuestros hijos sean los mejores en ingles u otra materia y para ello a veces se les lleva desde bien pequeños a academias en las que no pueden estar quietos porque se aburren.
    Yo tengo dos niños, sólo la mayor (7 años) va a una actividad que eligió ella y le encanta, por ella iría a más, al menos eso dice, aunque pienso que se cansaría de disponer de tan poco tiempo libre.
    Como muy bien dices sería muy estresante y aunque pueda haber muchas ocasiones en las que se aburra, esto me parece muy importante, necesitan estar aburridos, así se les ocurren actividades creativas que realizar en casa o en el parque jugando.

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    1. Gracias por tu comentario Sus, efectivamente vivimos en una sociedad muy competitiva en la que a veces nos preocupamos más por ser mejores que otro en vez de por mejorar nosotros mismos. Estoy 100% de acuerdo en lo que dices sobre el aburrimiento, tambien hay muchos padres obsesionadísimos con "rellenar" el ocio de sus hijos y sin ese aburrimiento, no hay imaginación y sin imaginación, no hay creatividad y sin creatividad, no hay libertad...

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