Como recordaréis, la semana pasada hablábamos aquí del concepto de motivación y su importancia como motor para la acción, no sólo en el ámbito escolar o laboral sino en todas las facetas de nuestra vida.
Hoy quisiera detallaros algunas estrategias que ayuden a motivar a nuestros hijos en su día a día, sobre todo cuando decaen. Y de paso podemos aplicárnoslas que nos vendrán siempre bien. No olvidéis que ellos no hacen lo que les decimos, sino lo que nosotros hacemos.
- Evitar las críticas negativas ante los intentos que hagan los niños de realizar su tarea
- Reforzar los comportamientos de trabajo o de estudio. También siempre que hagan un intento
- Conocer las causas del éxito o el fracaso en una tarea determinada aumenta la motivación intrínseca
- El aprendizaje significativo (en el que tienen que relacionar información) crea motivación, no ocurre lo mismo con el aprendizaje memorístico y repetitivo
- Es muy importante promover que los niños y/o adolescentes con un bajo nivel de motivación consigan pequeños éxitos, para que aspiren en un futuro próximo hacia metas que exigen esfuerzos superiores
- Fomentar el trabajo cooperativo frente al competitivo
- Promover actividades en las que los riesgos de fracaso son moderados: los padres sabemos lo que se le da bien a nuestros hijos (ej: hacer juntos un postre, jugar a determinado juego que el niño domina, que organicen actuaciones para los mayores, etc…)
Espero que os resulte útil, con constancia y dedicación se verán los resultados, ¡seguro!
Nos contaba Lucía en su comentario, que ella dedica un rato todas las tardes a jugar con su hija cuando ha terminado los deberes, y que ese tiempo le resulta especialmente motivador a la niña...¿qué soléis hacer vosotros para motivar a vuestros hijos o a vosotros mismos? Se admiten sugerencias y opiniones.
Os dejo con un vídeo de un spot publicitario muy tierno que muestra la fuerza motivadora mayor para hacer cualquier cosa: el amor.